Una semana de embarazo, tres meses, ocho meses…el tiempo de gestación no implica menos riesgo para el bebé si se consume alcohol.
Muchas mujeres piensan que hasta el tercer mes de embarazo, el único riesgo es el aborto espontáneo porque el embrión flota dentro del útero y no se ha formado aún el cordón umbilical que lo une a la placenta que lo une a la mamá…
Los riesgos del alcohol para el bebé son tan importantes al principio de la gestación como al final de la misma.
Muchos obstetras, para no entrar en discusiones interminables o porque realmente creen que no hace mal, prestan su acuerdo, lamentablemente, para la copa del brindis durante las fiestas, por supuesto: “sin abusar” y contribuyen, quizás sin pretenderlo, al imaginario colectivo que sostiene que las campañas sobre “embarazo y alcohol” están destinadas a las mujeres alcohólicas, a las que beben sin control, no a todas las embarazadas en general y esto es así porque la ingesta de alcohol no conlleva riesgos presentes y futuros para el bebé.
Muchos médicos siguen sin considerar la influencia -devastadora en muchos casos- que tiene en la mujer embarazada la amiga, la hermana, la cuñada, la madre y la suegra (por nombrar sólo a algunas de las principales y preferidas fuentes de información de toda mujer embarazada) y esta realidad no distingue nivel socio económico ni formación cultural.
Retraso en la maduración, tanto física como psíquica, malformaciones…los efectos del alcohol (incluso una copa para el brindis en las fiestas) sobre el bebé son reales y se conocen como “Síndrome de alcoholismo fetal“.